Al detectar algo que no sale como lo previsto en un trabajo, muchas veces se oye decir: “pero si nadie se va a dar cuenta” o “si todo el mundo lo hace así”. Para Rumbo Sport, estas frases nunca deben servir de excusa para no tratar de buscar la excelencia en el trabajo
Pero la Excelencia no ha de centrarse únicamente en la tarea que realizamos. En el libro, sumamente recomendable, “Piénsalo otra vez”, Adam Grant habla de ir más allá. Grant propone revisar y repensar una y otra vez nuestra forma de proceder.
Para tratar de llegar a la Excelencia es necesario, 1) el cuestionamiento constante; 2) no conformarnos diciéndonos “si todo el mundo lo hace”; y 3) juzgar no solo el trabajo, sino también a nosotros mismos.
Este cuestionamiento continuo necesita de un tiempo programado que dedicar, además de contar con una cultura del aprendizaje en el trabajo. Para ello es imprescindible un clima de respeto, de confianza y de tolerancia, y libertad para expresar preocupaciones y sugerencias sin miedo a represalias.
De lo dicho anteriormente se infiere que la Excelencia no es alcanzable, pues nuevamente habría que repensarla. Pero entonces ¿para qué sirve la Excelencia? Recordando la frase de Eduardo Galeano en la que se hace la misma pregunta sobre la Utopía, si sustituimos en su cita esa palabra por Excelencia, tendríamos la respuesta. "La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar" en la dirección correcta.
